GENERAR EXPERIENCIAS PLACENTERAS ENTORNO A LA LECTURA

 

Si queremos erradicar la idea de que la lectura solo es para estudiar debemos hacerla suficientemente atractiva para traspasar los límites de la escuela.

Puesto que los mexicanos no son en su gran mayoría lectores, muchos alumnos llegan a la enseñanza básica desconociendo el acto de leer y es el profesor el encargado de brindar esa experiencia, por ello, resulta de suma importancia que todos los acercamientos con la lectura sean placenteros, de tal manera que el estudiante aprenderá a relacionar la lectura con recreación y forjará sus primeros recuerdos en torno a ésta de una manera agradable y amena.

Po ello, el docente y la escuela en su conjunto deben propiciar suficientes acercamientos con la lectura y no limitarla al libro de texto, por lo contrario debe proveer al estudiante de toda clase de encuentros y actividades culturales y lúdicas relacionadas con ésta, tales como obras de teatro, cine, ferias de libro, cuenta cuentos, entre otras, con la finalidad de que el alumno tenga distintas opciones para adentrarse en el mundo literario. Porque un texto puede quedar grabado en la memoria no sólo por su contenido sino por su contexto, es decir, la manera en que fue presentado, el recuerdo del momento.

Igual de importante es eliminar las representaciones negativas de la lectura y del lector mismo, por ello la escuela debe procurar no abusar de ésta y mucho menos utilizarla como castigo. El gran reto es no hacer del acto de leer una obligación, sino un instrumento útil y tal vez un disfrute.

No hay que olvidar que las personas leen más mientras se encuentran estudiando, por ello se debe cuidar que todos los encuentros con la lectura sean apropiados. Si con ello no se consiguen muchos lectores, por lo menos se atenúa la representación negativa de la lectura, pues es uno de los factores inhibidores de ésta y por consiguiente queda abierta la posibilidad de redescubrir la lectura.