REPRESENTACIONES SOCIALES
Como ya se mencionó, para la formación de lectores es esencial la valoración que se le da a la lectura, lo que persiste en una familia facilitadora de la lectura es que los miembros incorporan esta actividad a su vida diaria y el libro es visto como un objeto de valor, no económico, sino emocional.
“Las representaciones sociales funcionan como un sistema de interpretación de la realidad que rige las relaciones de los individuos con su entorno físico y social, ya que orienta sus comportamientos o sus prácticas, por ello son consideradas una guía para la acción y las relaciones sociales” (Ramírez, 2011, p. 176)
Entonces resulta lógico que en los contextos donde se valora la lectura, es decir donde las representaciones sociales de la lectura son positivas, hay más presencia de lectores. Por el contrario, en los contextos donde prevalecen las representaciones negativas, los libros son concebidos como poco útiles y por tanto, leer es una pérdida de tiempo.
Desafortunadamente en México predomina el “analfabetismo cultural” que afecta la percepción que se tiene de la lectura al concebirla como una obligación y en muchos casos innecesaria.
Además de la familia, lo que influye de manera directa en los individuos son las representaciones sociales que se tienen del libro y la lectura, aun cuando son irracionales o contradictorias a las creencias de los individuos. De esta manera, si las representaciones de la lectura son negativas, los individuos no tendrán el deseo de involucrarse en esta actividad, aun siendo conscientes de sus beneficios.
Por lo que vale la pena mencionar algunas de estas representaciones más comunes y por tanto más significativas: