FACTOR EDUCACIÓN

 

Después de la familia, la escuela es la responsable de educar y de proveer las herramientas necesarias para que los individuos se desarrollen de manera eficiente dentro de la sociedad. Se presume que todos los individuos tienen acceso, al menos, a la instrucción elemental, lo que permite que ésta tenga un efecto democratizador al instruir de la misma manera a todos los individuos.

Tradicionalmente, la escuela es la única responsable de enseñar a leer y escribir, y por ende se asume que también es la encargada de formar lectores así como promover y difundir actividades de lectura y escritura, pero además debe capacitar a los individuos para utilizar estas herramientas en la vida diaria sea cual fuese su propósito. Sin embargo, no siempre es así, porque poder leer no es lo mismo que saber leer y mucho menos se puede considerar a una persona que ha aprendido a descifrar el lenguaje como lector.

Existen evidencias de que la escuela no es promotora de la lectura y mucho menos formadora de lectores, de hecho existe una disociación entre escuela y lectura que ha generado que quienes cursan la escuela elemental manifiesten su desagrado por leer.

La clara evidencia de que la escuela no está generando lectores es que México no es un país de lectores, en la ENL 2006 se menciona que 1.9 % de los entrevistados con nivel licenciatura o más nunca ha leído un libro, lo que resulta alarmante y nos lleva a cuestionar la eficiencia del sistema educativo y de sus actores.

Pero no todo está perdido, pues hay quienes han encontrado en la escuela un aliciente para leer y no cabe duda de que más de un lector se descubrió gracias a ella. Las investigaciones demuestran que a mayor nivel educativo más posibilidades hay de ser lectores, de hecho los mayores estimuladores de lectura son padres con instrucción universitaria.

Por ello, es necesario un análisis a los factores que influyen en la educación y particularmente en la escuela respecto a la formación de lectores para crear estrategias a fin de tener las condiciones óptimas para formar lectores en la escuela.